Enfermera de profesión, pero maestra por convicción Dora Zelmira Betancourt Ortiz, siempre ha sido una mujer noble que gusta de compartir su conocimiento y ha logrado a pesar de las adversidades combinar sus dos profesiones para formar a las nuevas generaciones del personal de salud.

Con más de 40 años de experiencia en el área de enfermería Dora se ha convertido por azares del destino en formadora de los nuevos profesionales de enfermería, pues actualmente se desempeña como docente en la Licenciatura de Enfermería en la Universidad Tecnológica de Escuinapa.
Para ella su vocación siempre fue la enfermería, desde chica supo que esa sería su profesión y con esfuerzo, dedicación y disciplina, ha tenido grandes logros y reconocimientos en el área de la salud, donde aún ejerce.
Dorita, como de cariño suelen llamarle sus conocidos y amigos, asegura que la educación es la clave para lograr el éxito en cualquier ámbito, pues es a través de este proceso que se adquieren las herramientas para formarse y desempeñarse profesionalmente, así mismo dice que el conocimiento no tiene fin, por eso es necesario seguir en preparación constante.
“En la profesión de enfermería y también en la educación, uno debe siempre estar actualizado, conocer de nuevos temas y en el caso de la docencia nuevas técnicas o métodos de enseñanza para las nuevas generaciones”

Ante la situación que impera por el COVID 19, argumenta que no ha sido fácil ser docente, sobre todo para alguien del área de la salud, sin embargo ha afrontado el reto de trabajar a distancia y ha salido adelante junto con sus estudiantes.
“No ha sido una tarea fácil trabajar a distancia, ni como maestra y tampoco para los jóvenes como estudiantes, pero estamos aprendiendo juntos y buscando las estrategias para que ellos puedan seguir con su formación a través del uso de las nuevas tecnologías, algo a lo que estaba muy poco acostumbrada pero he hecho el esfuerzo de aprender”, comentó
Si bien es cierto que nunca tuvo el interés de dedicarse a la educación, por azares del destino fue invitada a sumarse a la plantilla docente de la Universidad Tecnológica de Escuinapa, reto que acepto con gusto, se ser parte de la formación de los nuevos enfermeros.
“Antes de ser maestra en la universidad, si había impartido algunos cursos y tenido trato con pasantes en el hospital donde también funges como docente, sin embargo no es lo mismo que estar frente a un grupo, preparar la clase y evaluar su aprendizaje, la responsabilidad es mayor, porque de ti como docente depende que salgan bien preparados al mundo laboral”.
Comenta que el poder ser parte de ya dos generaciones de egresados en la Licenciatura de Enfermería en la UTESC, la llena de orgullo, pues sabe que ha sembrado en los jóvenes la semilla del conocimiento y amor por la profesión de enfermería ha sido compartida.
“Es un orgullo que todo lo aprendido en estos años como enfermera, sea ahora parte del conocimiento que los muchachos tienen, me llena de satisfacción el poder decir que yo he sido parte de su formación”, manifestó.
Dorita, no sabe por cuánto tiempo más seguirá siendo parte de la docencia, pero comenta que mientras pueda y se le dé la oportunidad continuará compartiendo gustosa sus conocimientos con las nuevas generaciones.